domingo, 13 de junio de 2021

Reseña: Los Ángeles al Desnudo.

Dentro del mundo del cine Hollywoodense hay una época que considero definitiva: los años 1950s, parte de la Era Dorada de la industria cinematográfica estadounidense y una donde se produjeron algunas de mis cintas favoritas dentro del cine de Ciencia Ficción  de Serie B. Pero esos años dorados eran mucho más que eso: un periodo de glamour en donde las estrellas de cine estaban rodeadas de un halo de cierto misticismo en torno a ellas que las hacían inalcanzables y aun se hacia una esfuerzo por mantener una imagen limpia para el gran público, e incluso lucían sus mejores trapos cuando salían de viaje o simplemente, para dar un paseo bajo los cielos de la soleada California.

Y aunque la irrupción de la televisión de forma un tanto abrupta hasta los hogares de los espectadores significó el principio del fin de la hegemonía cinematográfica, la industria cinematográfica aun preservaba cierto estatus de respeto. Pero muchos de estos ídolos tenían pies de barro y mucho de ese brillo era de oropel. Realmente se trataba de un star-system que en muchas de las ocasiones atraía a miles de jóvenes deseosos de alcanzar fama y dinero cegados por ese mismo brillo, pero que terminaban avejentados y hundidos trabajando en los peores agujeros que pueda imaginarse; mientras que por otro lado, los grandes estudios trataban por todos los medios de silenciar los rumores acerca de la vida privada de los intérpretes ya que su conducta los hacían perder grandes fortunas.

Parte de lado oscuro de la industria durante los años 50s es el que nos muestra el finado director Curtis Hanson en una de sus más celebradas obras:

Los Ángeles al Desnudo.


Sinopsis: Es la Nochebuena y en la estación de Policía de Los Ángeles varios de sus elementos se encuentran festejando cuando son llevados algunos detenidos acusados de atacar y causar lesiones a dos miembros del departamento policíaco. Pronto la voz se corre entre los policías alcoholizados quienes se dirigen a la celdas a buscar justicia por sus compañeros golpeando brutalmente a los detenidos. El suceso afecta la carrera de tres agentes de diferentes maneras: el joven e idealista Ed Exley (Guy Pierce) que testifica en contra de sus compañeros buscando una promoción, el rudo pero honesto Bud White (Russell Crowe) quien junto con su compañero es blanco de las acusaciones de Exley, y el veterano Jack Vincennes (Kevin Spacey) quien, aunque también participa en la golpiza, sólo busca que sus intereses no se vean afectados logrando salir bien librado del escándalo.

Lo anterior lleva a los tres protagonistas a un punto de ruptura hasta que, días más tarde una matanza en una cafetería local, entre cuyas víctimas se encontraba el antiguo compañero de White, y sus posteriores investigaciones los obligará a acercarse a pesar de sus diferencias en un caso que involucrará a mafiosos, empresarios, periodistas, prostitutas, actores y hasta al mismo departamento de policía.

Calificación: 10 puntos repartidos de la siguiente manera:

2 puntos por la conseguida ambientación de la ciudad de Los Ángeles con todo el brillo y el glamour que ostentaba durante aquellos años con una producción tan bien cuidada que llega a convertirse en un personaje más en una producción técnicamente perfecta.

3 puntos por el trío protagonista: Spacey, Crowe y Pierce con actuaciones sobresalientes, interpretando personajes muy humanos con sus virtudes, defectos y conflictos. La relación entre ellos se percibe muy real y hasta cercana. A esto hay que añadir el resto del reparto que es espectacular: James Cromwell, Kim Basinger, Danny DeVito, entre otros.

3 puntos por un guión sólido, sin fisuras y uno de los mejores de los últimos años. Una trama bien estructurada, intrincada y que nunca pierde el rumbo.

1 punto por la soberbia fotografía de Dante Spinotti.

1 punto por la enérgica dirección de Curtis Hanson. La escena del interrogatorio es todo un portento de estilo y narración.

L. A. Confidential (su título original) es uno de esos casos en el que los planetas parecen alinearse y, aunque su director venía de anotarse algunos éxitos comerciales y de crítica (La Mano que Mece la Cuna, El Salvaje Río) la que nos ocupa es sin duda su mejor película cuyo mayor "pecado" tal vez haya sido que se estrenó en el mismo año que Titanic (James Cameron, 1997), una película que se convirtió en un auténtico fenómeno de masas y dirigida a un espectro del público mucho más amplio. 

Sin embargo, y sin demeritar la obra de Cameron, el guión de éste drama policíaco es más acabado y consistente que consigue reducir las 8 líneas argumentales de la novela original de James Ellroy a tan sólo 3 pero muy bien ejecutadas. Una película esencial que tal vez no sería posible que pudiéramos ver en la actualidad: sus protagonistas son tres hombres blancos, está protagonizada por Kevin Spacey (cuya carrera pasa por un profundo bache después de unos señalamientos sin fundamento) y contiene violencia explícita en algunos casos ejercida contra mujeres, negros e hispanos.

Una obra valiente estrenada tan sólo 6 años después de los sucesos ocasionados tras la brutal golpiza de que fue objeto Rodney King y sus posteriores manifestaciones, cuando el Departamento de Policía de Los Ángeles aún luchaba por limpiar su imagen. Una exaltación de la masculinidad, tan necesaria en estos tiempos de corrección política en una película redonda e imprescindible dentro de su género.

Título Original: L. A. Confidential.
Director: Curtis Hanson.
Año: 1997.
Protagonistas: Kevin Spacey, Guy Pierce, Russell, Crowe, James Cromwell, Kim Basinger, Danny DeVito.

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