jueves, 8 de abril de 2021

Reseña: Nunca Me Abandones.

No debería ser extraño que estos tiempos de pandemia nos lleven a pensar cómo sería si lográramos por fin desterrar todos aquellos padecimientos que nos han aquejado siempre. O por lo menos a mi sí me surgen esas interrogantes ya que de haber sido así no sería yo una calaca panteonera desvariando en un blog con complejos de crítico de cine. Pero lamentaciones aparte, ésa es la premisa de esta historia ubicada un mundo distópico (es decir, en una realidad alterna que no es la más deseable) en la que gracias a los avances científicos y tecnológicos se ha logrado una esperanza de vida superior a los cien años y eliminado todo tipo de padecimientos pero a un costo muy alto.

Pero antes de proseguir he de confesar que no me habría fijado en la película objeto de ésta entrada si no hubiese leído antes la extraordinaria novela de Kazuo Ishiguro titulada así mismo Nunca Me Abandones publicada en 2005. Y también confieso que a diferencia de otras adaptaciones cinematográficas, en esta ocasión no he podido dejar de compararla con la novela en la que está basada por una simple y sencilla razón: se trata de una novela hermosa, con una narrativa y un ritmo incomparable a tal grado que ya me encuentro buscando otras obras del mismo autor. Pero, ¿la película se sostiene como una buena adaptación?

Nunca Me Abandones.


Sinopsis: Como decía, se trata de una historia situada en una realidad alterna en la que las enfermedades son inexistentes pero esto a un costo muy alto ya que para ello es necesario recurrir a "donantes" que no son mas que seres humanos creados para que el resto de la población tenga un futuro garantizado. La historia es contada por Kathy H. (Carey Mulligan) quien ya en su vida adulta recuerda desde su niñez en un internado hasta su edad actual al lado de sus inseparables amigos Ruth (Keira Knightley) y Tommy (Andrew Garfield). Ellos, junto con otros cientos de niños van creciendo y desarrollándose consientes de lo que les espera mientras el drama no falta.

Calificación: 5 puntos distribuidos de la siguiente manera:

1 punto por la actuación de Andrew Garfield quien de hecho logra que su personaje transmita lo que su contraparte literaria ya que resulta ser el más vulnerable emocionalmente con cierto toque de ingenuidad.
1 punto por la actuación de Carey Mulligan. Parece que sólo ella y Garfield sí leyeron el libro en que se basa la película.
1 punto por la breve aparición de Sally Hawkins como la Srita. Lucy. Aunque en el libro su personaje tiene más peso, aquí con una breve escena logra transmitir una de los pasajes más emotivos de la historia.
1 punto por la música de Rachel Portman.
Y 1 punto por la fotografía de Adam Kimmel.

Creo que esta adaptación es una gran oportunidad desperdiciada ya que el libro de Ishiguro tiene excelentes reseñas en cualquier portal especializado, y más allá de eso a mi me pareció excelente y toca temas que en la película sólo se llevan de manera más superficial como la soledad, la aceptación de uno mismo, la curiosidad y el despertar de la sexualidad y hasta la redención; además de que me pareció tremendamente nostálgico y en ocasiones, realmente conmovedor.


No se profundiza realmente en muchas de las temáticas que la novela contiene y si no la has leído tal vez no le encuentres mucho sentido a la película. Pongo el siguiente ejemplo: algunas de las escenas con los niños del internado hicieron que se me formara un nudo en la garganta, pero se lo atribuyo más al hecho de que me recordó algunas situaciones de la novela que a la película en sí. Así que en vez de seguir refunfuñando, mejor les recomiendo ampliamente la novela de Kazuo Ishiguro, quien por cierto fungió como productor ejecutivo en esta adaptación (mejor que siga escribiendo).

Título Original: Never Let Me Go.
Director: Mark Romanek
Año: 2010
Protagonistas: Carey Mulligan, Andrew Garfield y Keira Knightley.

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