domingo, 25 de abril de 2021

Invasiones Extraterrestres III. La Garra Gigante.

Después de mucho meditar, el espectrillo con ínfulas de crítico cinematográfico que en este espacio cibernético se manifiesta vuelve a la carga para recetarnos la siguiente entrega de sus cavilaciones acerca de las películas que tratan cuestiones relativas a las invasiones de otros mundos...

¡Almas perdidas! Debemos tener cuidado ya que las amenazas siderales pueden presentarse en diferentes formas y es fácil caer en errores de concepción popular. Dígalo si no el ejemplo que voy a poner con la película cuya revisión toca en esta entrada: si nos remontamos a la gloriosa época de los 1950s y hacemos mención de la palabra "extraterrestre", los parroquianos de aquellos entonces inmediatamente la asociarán con la clásica imagen de la criatura humanoide color verde de enorme cabeza y grandes ojos que ocupan la mitad de la misma. 


Otra imagen que también se popularizó en ese tiempo fue la del alienígena de aspecto robótico y de extremidades más bien rígidas que además lanzaba temibles rayos desintegradores, tal y como aparecen en La Tierra Contra Los Platillos Voladores de 1956. Pero en esta ocasión la amenaza tiene un aspecto distinto, casi prehistórico...

La Garra Gigante.


Sinopsis: Durante unas pruebas de radar del ejército Norteamericano el ingeniero Mitch MacAfee, encargado de las mismas, detecta un Objeto Volador No Identificado (OVNI pues) la Fuerza Aérea envía tres jets a investigar el avistamiento. No solo no encuentran prueba alguna, sino que además una de las aeronaves se ha perdido. Como los del ejército creen que el inge les está tomando el pelo, lo mandan de vuelta a su casa en avión junto con su asistente la matemática Sally Caldwell. Ahí son atacados por una fuerza misteriosa que ocasiona un aterrizaje forzoso llevándolos a una granja.

A raíz de estos sucesos, el ejército reconsidera su postura respecto al inge y juntos deberán colaborar para localizar y enfrentar una amenaza aérea que parece invencible y que, después de mucho investigar, llegan a la conclusión que no es de éste mundo.

Calificación: 9 puntos distribuidos de la siguiente manera:

1 punto por la escena en la que MacAfee y Sally Caldwell se encuentran comentando la situación a bordo de un vuelo y sin venir a cuento, él le planta tremendo beso, cosa que ella acepta de muy buena gana sin haber relación sentimental previa de por medio. Actualmente no se podría rodar una escena así sin atenerse a la furia de los colectivos feministas, pero en los  años 50s no había tanta agenda política de por medio.

2 puntos por el "aterrador" diseño del bicho extraterrestre: tal vez risible pero una apuesta diferente a la mayoría de los extraterrestres cinematográficos de la época.

2 puntos porque los encargados de la producción, y con la finalidad de que el bicho luciera más grande y atemorizador, se dieron a la tarea de reconstruir varios edificios emblemáticos de la ciudad de Nueva York a escala, como el Empire State o la sede de las Naciones Unidas.

1 puntos porque en relación al punto anterior, uno de los militares que persigue al bicho exclama "se dirige al edificio de las Naciones Unidas" como si la criatura lo hiciera deliberadamente.

1 punto por ese momento en que la criatura se posa sobre el icónico Empire State:


2 puntos por el "agarrón" final entre el bicho y la Fuerza Aérea, de hecho me parece que una de las escenas de la catástrofe es la misma de la ya mencionada La Tierra Contra Los Platillos Voladores que fue estrenada un año antes que esta (de hecho, ambas fueron dirigidas por Fred F. Sears).

Actualmente es difícil encontrar éste tipo de cintas con tanto desparpajo y a la vez con un sentido del drama que las redime frente al espectador, además de otros punto a saber:
  • Como señalé más arriba, eran otras épocas en las que los temas de agenda ni siquiera de hacían presentes (para bien o para mal).
  • Las actuales cintas de "Serie B" son demasiado auto conscientes. Es decir, todos los involucrados en su producción saben qué clase de producto están haciendo y por lo tanto, no lo toman en serio (a los actores ya solo les falta voltear a la cámara y sonreír), a diferencia de estas producciones de antaño en las que hay cierto toque de solemnidad que les sienta muy bien.
  • Los efectos especiales, aunque en la mayoría de las ocasiones muy deficientes, se hacían de una manera casi artesanal, construyendo maquetas y miniaturas que ayudaban al espectador a sumergirse en la historia que veía en pantalla.
Pero a pesar de los puntos anteriores, no quiero caer en el  lugar común de que "todo tiempo pasado fue mejor" ni pretendo enmarcar este espacio cinéfilo a cintas hace 50 años o más; la siguiente película en la lista de la que voy a hablar es una que se estrenó en este pandémico 2021 y dentro de la serie de Invasiones Extraterrestres.

Título Original: The Giant Claw
Director: Fred F. Sears 
Año: 1957
Protagonistas: Jeff Morrow, Mara Corday

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